lunes, 18 de noviembre de 2013
Tus primeras veces... Primera parte
Pero por otro lado esto es lo bonito de la vida, verte crecer sana, feliz, a mi lado. Ya ni me acuerdo de lo que pensaba cuando imaginaba como sería mi maternidad, cuando aún me preocupaba por tomar precauciones sintiendo que no era el momento de ser mamá. Ahora en cambio siento no haberte buscado mucho antes, porque eres la que trae las sonrisas a esta vida, y sabiendo el camino que luego nos tocó andar... pero de poco vale pensar esas cosas, lo importante es que estas aquí, llenando las paginas de nuestra historia de amor con tus risas.
La primera vez que te quiero recordar no es realmente tuya, sino mía. Recuerdo la fecha en que decidí ser mamá. Fue a finales de abril de 2008, había estado leyendo sobre el embarazo, y me di cuenta de que eso que llaman el reloj biológico existía realmente. Me sonó la alarma, y ese mismo mes empezamos a esperarte. Dos meses después viendo que no recibíamos señales de que estuvieras en camino me di cuenta de lo fuerte que puede ser ese deseo. Tengo que hablarte más sobre este tema, así que te contare más en otra entrada, e incluiré ahí otras primeras veces, y segundas, que me gustará que conozcas.
La primera vez que te vi fue el 6 de agosto de 2012 a las 13:28 horas. Fue el momento más importante de mi vida. Llegaste por obligación, pues te tuvieron que sacar ya que yo tenía la tensión muy alta y era peligroso, así que naciste un poco antes de lo que te tocaba en realidad, pues te esperábamos sobre el 20-22 de agosto. Por eso la primera vez que te vi eras muy pequeñita, flaquita, cubierta de grasita y con mucho pelo negro en tu cabecita.
La primera vez que dormí junto a ti fue la noche del 6 de agosto de 2012, acababas de nacer tan solo unas horas antes y las enfermeras me enseñaron a tumbarte a mi ladito con la tetita en la boca para estar cómodas las dos y poder descansar un poquito. Creo que ese día me dí cuenta de que nunca más podría separarte de mi. Se que crecerás, y tendremos que aprender a vivir separadas, pero hay un hilo de unión entre nosotras que ojalá duré hasta el final de mis días, ya sabes que para mi todo empieza y todo acaba en ti.
La primera vez que te bañamos fue el 7 de agosto de 2012, lo hizo una enfermera muy agradable que nos quería enseñar, lo hizo muy rápido y fue divertido, yo lo tuve que ver en vídeo porque como nuestro parto fue cesárea no me pude levantar todavía, pero te portaste tan bien, te gustó mucho el agua calentita, tenemos el vídeo para que te veas disfrutando en el lavabo del hospital como si estuvieras en un jacuzzi improvisado. Luego te dimos tu primer baño oficial en casa, el día 10 de agosto, que fue cuando llegamos a casa y nuestra primera noche en nuestro hogar. Tenías una carita de gustito que pensábamos que te ibas a hacer pipí en la bañera jeje.
La primera vez, bueno la única, en que se cayó la pinzita de tu cordón umbilical fue el 28 de septiembre, me parece que te lo tenia que contar porque tardó nada menos que 22 días!!! Encima luego tuvieron que ponerte nitrato de plata porque el ombliguito no se te curaba. Pero claro, lo pienso y teniendo en cuenta que tu fecha de nacimiento tocaba sobre el 22 de agosto, pues quizás no sea tan raro...
Te seguiré contando otras primeras veces, pero ahora es tarde y tenemos que descansar.
Un besito mi niña.
Te quiero
miércoles, 30 de octubre de 2013
Agotamiento feliz
Desde hace unos meses bichito mío has empezado a caminar, al principio lenta y patosa, pero cada vez mas experimentada y temeraria. Así que ya nos ha llegado esa época de la que tantos hablan, en la que hay que correr tras vosotros frenando vuestras caídas para evitar que os rompáis algún diente.
También has empezado a ser un poco mas testaruda y desobediente, lo cual es normal ya que empiezas a descubrir que tu eres una persona diferente a mi, que somos dos y tu puedes hacer cosas por ti misma. A veces es estresante y un poco frustrante pues mami quiere ser una educadora diez siguiendo todos sus principios y lecciones aprendidas, y en ocasiones no consigo que me salgan bien las cosas aunque soy consciente que es una etapa normal en la vida de todo bebé. Empiezas a separarte un poco de mi y me da pena, se que es lo correcto, lo normal, propio de tu madurez y de tu crecimiento personal, pero solo ha pasado un año y ya empiezas a dar pasos por ti misma, y eso aunque es estupendo me da un poco de pena.
Otra cosa que has empezado a hacer es a abrir cajones. Al principio abrías solo unos pocos, los mas facilitos y accesibles, pero aprendes tan rápido!!!! Ya abres todo lo se se ponga delante, sacas todo lo que hay dentro y mami tiene que correr para quitarte las cosas peligrosas de tus manitas traviesas. Eres tan tan divertida!!!
Y hay una cosa que me tiene absolutamente loca, y son esos besitos tan lindos que me regalas cada día y en cualquier lugar. Me encanta recibirlos y pagarte con los míos, comerte a besos y abrazos, hacerte reír con cosquillas, y quererte quererte quererte, porque nací para esto, y tu haces que me sienta completa, no hay nada en el mundo que me llene mas que ser tu mamá.
Gracias hija mía por hacerme tan feliz.
domingo, 27 de octubre de 2013
Treinta
TREINTA; suena grande.
Hoy es el primer día del resto de mi vida.
Es un topicazo, pero completamente cierto, cada día puedes repetirlo, y siempre será verdad.
Mi vida cambió hace casi dos años, cuando descubrí que mi sueño por fin se hacía realidad. Ese día empecé a vivir de nuevo. Antes tuve que bajar a las profundidades; dicen que no se debe mirar hacia atrás ni siquiera para coger impulso, pero no estoy del todo de acuerdo. Yo baje, y baje, y llegue al fondo, muy al fondo. Pensaba que sería imposible subir de nuevo, pero llego mi Luz, y entonces todo cambió. Y para mi es importante mirar atrás, porque cada una de las batallas que luché, cada una de las espinas que me clavé, cada caída, cada piedra en el camino, cada una de esas cosas me cambió para siempre.
Nunca más volví a ser la misma persona.
Hoy cumplo 30. Esto no me define, para nada, es sólo un número, pero si es verdad que en estos 30 años ya vividos acumulé experiencias, buenas, malas, y me marcaron por dentro, me convirtieron y me dejaron cicatrices invisibles, que son las que te marcan y te definen de verdad.
Mi vida empezó a tener sentido de nuevo el día que supe que venía en camino mi hija.
Hoy 27 de octubre de 2013 marco una inflexión en mi vida. Paso oficialmente de joven a adulta, sigo siendo hija y nieta, pero soy más madre.